Cuando un autor prepara un repertorio, una parte fundamental
por la que se irá guiando es el pensar si le gustará al aficionado o no. Para
ello es importante tenerlo atento al repertorio durante la media hora como
máximo que pueden estar sobre las tablas. Cuanto más se avanza en el concurso,
más se presta atención a lo nuevo del repertorio, y dejando en un segundo plano
lo que se repita de la fase anterior, como es el caso de la presentación y el
popurrít. Una estrategia muy buena es la de cambiar determinadas partes del
popurrit (la parte del repertorio que puede hacerse más pesada), para así
mantener expectante al respetable.
Y es que durante la historia de los repertorios de
agrupaciones se pueden encontrar varios casos en los que no se han limitado a
hacer un popurrit idéntico para todas las fases del concurso. Diferentes casos
que aquí repasaré entre muchos que han ocurrido en la historia del carnaval, ya
sea una simple cuarteta, hasta un popurrit completo.
Porque si hablo de un popurrit cambiado completamente para
cada repertorio, tengo que hablar del coro de Julio Pardo, “La Gaditana”. El
que fuera el primer premio de coros en el año 2001 sorprendió con unas grandes
actuaciones entre las que destacaba sus tangos y su popurrit cambiante para
cada pase. Cada popurrit, era una historia.
Otra de las agrupaciones que han tenido grandes cambios en
las cuartetas de sus popurrits (esta es más reciente) ha sido la agrupación de El
Puerto de Santa María, “Al mal tiempo buena cara”, del año 2013. Es imposible
nombrar todas las agrupaciones, pero en los últimos años, hay un autor que nos
tiene “mal acostumbrados” a la hora de cambiar cuartetas de popurrits durante
el concurso, y no es otro que “El Canijo”.
Puede ser que los cambios en los popurrits se generen porque
no convenzan algunas cuartetas, porque se hayan hecho muchas y no quepan todas
en un único popurrits, o porque se quiera innovar o contar diferentes
historias. Pero lo cierto es que es una manera muy buena de mantener en expectación
a los seguidores ante una de las piezas que a veces cuesta más escuchar. Así se consigue que
se escuche de principio a fin la actuación, ya que en muchos casos, el público
del teatro se retira antes de tiempo o incluso en casa escuchando la actuación
no prestamos atención a algo ya escuchado. Además, también puede ayudar a
conseguir puntos extras de cara al concurso. En mi opinión es una sabia (y posiblemente trabajada)
decisión que hace al carnaval, y a sus escritores, más grande aún.
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