viernes, 1 de abril de 2016

Dicen que los nombres pesan en esto del carnaval

Citar en el título una frase de la presentación de “Don Quijote conservantes y colorantes” me viene de perlas para abordar el siguiente tema. Un tema que suele estar en boca de todos durante el COAC, y es la diferencia de opinión, puntuación o reparto de premios que se producen entre los que tienen más nombre dentro del concurso frente a los más desconocidos.


No podría abarcar todas las opiniones e incluso letras cantadas dentro del concurso al trato que se le da a las agrupaciones que tienen nombre frente a las más desconocidas, provocando así que siempre estén arriba los mismos cuando tal vez los que están por detrás tengan un nivel igual o superior. Incluso puedo estar seguro que más de una vez ha escuchado eso de “si la agrupación no fuera de tal autor no pasaba ni de preliminares”.

¿Y por qué sucede esto? ¿Por qué se le puntúa desde un principio por alto a los grandes y por bajo a las desconocidas? Obviamente eso tendríamos que preguntarnos a nosotros mismos, ya que a muchas personas les pasa que cuando escuchan una potente y no les convence de primeras le da una segunda, tercera y hasta cuarta oportunidad, mientras que si una desconocida no entra de primeras, pocas oportunidades se les da.

Centrándonos en lo que son las valoraciones del jurado, voy a poner un ejemplo muy claro, “Los serenissimos”. Esta chirigota de los Molinas llegada desde Chiclana este año ha dado el pelotazo. Y si han sido tercer premio en parte ha sido porque su pase de preliminares fue puntuado bastante bajo. Está claro que su evolución en el concurso ha ido en aumento, llegando a ser la mejor valorada de la Gran Final, pero ¿Qué habría pasado si desde preliminares ya hubiera sido como una grande? Sí, yo creo que incluso le habría competido el primer premio al Selu.

Otro caso del que se ha hablado este año es de la comparsa “Un fallo lo tiene cualquiera” que ya dejó buenas sensaciones el año anterior. Este año, con un tipo vistoso, fresco y entretenido, se quedó a las puertas de unas semifinales muy reñidas, ya que once comparsas fueron las que pasaron de ronda. Muchas opiniones, tanto a favor como en contra, pero ahí están las que dicen que si esa comparsa la hubiera escrito un reconocido autor, incluso podría haber pasado a la final.


Una cosa está clara. Un grande es un grande porque se ha trabajado y se ha merecido su hueco en ese olimpo de grandes autores del COAC. Martínez Ares se llevó muchos años luchando con su estilo por estar entre los mejores. Tino Tovar luchó con un estilo añejo para hacerse un hueco. Vera Luque se pasó muchos años sin saber lo que era entrar en la Gran Final con su chirigota, lo mismo que Aragón antes de ser el autor tan reconocido que es hoy en día. Y así podría seguir con muchos autores que hoy en día están considerados como “grandes” de las fiestas y que en determinadas se puede pensar que por ser ellos, se les permite de todo, tanto como hablarte en otro idioma, traer un tipo extravagante o arriesgado, o incluso que dé igual lo que traiga que tendrá su sitio reservado en la Gran Final. No creo que algo tan extremo, pero sí que es cierto que los nombres pesan en esto del carnaval, pero no tanto para los ya reconocidos, sino para los que luchan por hacerse un hueco entre los más grandes.

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