Dicen que es importante saber perder, pero más importante
saber ganar. Algo así podemos ver cada año en el COAC. Y es que no todos se
toman de la misma manera las decisiones del jurado, ya sea cuando les toca
salir victoriosos, como cuando se llevan el babuchazo de tener que quedarse
fuera de la fase deseada. En cualquiera de ambos casos, hay que saber cómo
tomarse esta decisión tan fundamental para la historia del concurso.
Lógicamente, saber ganar es lo más sencillo. Eres el
vencedor y la alegría se apodera de ti. Sin dejar de reconocer el gran nivel
habido y lo difícil que los demás competidores te lo han puesto, siempre con
respecto, se disfruta de lo conseguido.
El problema es cuando el resultado no es el deseado. Ya sea
por pasar a la final pero no ganar, ya sea por no pasar a la final o
simplemente por no estar de acuerdo de la forma en la que el jurado te ha
puntuado. Si has sabido ganar el año anterior, o hace dos años, o tres… también
hay que saber perder y no empezar una lucha de quejas o mensajes subliminales
sobre las puntuaciones, sobre quienes componen el jurado o sobre a qué autor
han querido ponerle una alfombra roja mientras a ti te mandaban al cajón.
Y aquí quiero pararme para explicar cómo veo yo la “mafia”
del carnaval. Veo muy bien a esos autores que quieren derribar lo que los
aficionados llevamos viendo durante años que necesita un cambio. Hay cosas
obsoletas en el concurso, está claro. ¿Qué puede haber mafia, cambio de puntos
o favores a ciertos autores da igual lo que traigan? Puede ser. Pero he de
recordar que esa supuesta “mafia” lleva implantada en el concurso muchos años.
Esa “mafia” está en el concurso tanto el año que ganas, como el año que
pierdes. No me convence esos autores que el año que ganan se callan, pero el
año que pierden comienzan a ver conspiraciones, cambios de puntos y castigos a
los “rebeldes” que quieren quitar esa “mafia”. Porque seamos sinceros, esas
cosas no cambian de un año para el otro.
Esto lo escribe un humilde aficionado que no tiene ni idea
de si hay mafia o no dentro del concurso. Ni sabe si los premios se dan en los
pasillos, o son comprados, o todo esto es una sarta de mentiras. Un humilde
aficionado que lo que quiere es disfrutar del arte de nuestros autores de forma
deportiva. Un humilde aficionado que simplemente quiere que las opiniones no
sean veletas en el carnaval. Si te quejas de cómo está el concurso, hazlo tanto
cuando ganas como cuando pierdes. Si los años en los que te toca estar en la
final o incluso ganarla, te callas, pero los años en los que te quedas fuera
empiezas una guerra contra institución y jurado, entonces el problema es que no
sabes perder.
Entiendo que tras meses de ensayos, duela quedarte fuera de
la final, o que pienses que no se te ha premiado como mereces. Pero es un
concurso, donde te puntúan (o deciden quienes ganan) cinco personas. Luego está
la calle, el carnaval, los aficionados que o te aúpan o te destronan. Para
ellos serás el mejor o el peor, hayas ganado o hayas perdido. Pero antes,
tienes que demostrar saber ganar y saber perder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario