Este COAC 2016 ha dado mucho de sí y del que se pueden sacar
y debatir sobre distintos aspectos que han hecho de este concurso una montaña
rusa con sus cosas buenas y malas. Después de haber pasado el concurso y ya en frío,
toca opinar y reflexionar sobre las cosas más destacadas del concurso de este
año.
- El ninguneo a los cuartetos en el sorteo.
Me habría gustado escribir más ampliamente sobre este tema
en su día, pero por falta de tiempo no fue posible. Lo cierto es que la
colocación de los cuartetos en el sorteo de preliminares fue simplemente
humillante. No hablamos de un cuarteto desconocido o de nueva formación, sino
de cuartetos que son cabezas de serie y aun así han ido a parar a la segunda
parte de la función, relegando su actuación a más tarde de las doce. Si se
inventó lo de cabezas de serie fue precisamente para darle un buen lugar a las
punteras del año anterior, y eso no fue lo que hicieron con los cuartetos en
preliminares.
- Un viento de trece años.
Un viento de trece años trajo de vuelta a Martínez Ares, e
hizo lo más difícil todavía, volver y conseguir el primer premio. Sí que es
verdad que el pase de preliminares dejó al público algo frío, en parte esperado
porque el esperar trece años hacía que las expectativas fueran tan altas como
tal vez inalcanzables. Sin forillo y a plena voz, sólo alguien como Ares se
presentaría trece años después de tal manera. Pero a lo largo del concurso,
“Los cobardes” consiguieron tener una trayectoria ascendente hasta el día de la
gran final. Una comparsa diferente a lo escuchado por el propio autor. Una
comparsa que lleva a los debates que ya se hacían años atrás alrededor de la
imagen del niño de Santa María. Que si adelantada a su tiempo como nos
acostumbra, que si premio regalado para que no se vuelva a ir… lo que sólo
genera Martínez Ares y unos pocos más.
- La igualdad en coros.
Espectacular el nivel que se ha podido presenciar en la
modalidad de coros este año. Podría atreverme a decir que muchos no tenían un
claro vencedor ni siquiera el día de la gran final. Al final, los premios dejó
la sensación de ser de nuevo a lo que nos tienen acostumbrados. Pero cualquiera
podía ganar porque el nivel lo tenía, y es de agradecer y de esperar este nivel
en el próximo concurso. También resaltar el nivel del coro “La cazuela” que se
quedó en semifinales, y de otros coros que se quedaron en cuartos.
- Perplejidad ante los puntos oficiales.
Partiendo de la base en que estoy muy de acuerdo a los
premios repartidos en la última noche del concurso, no puedo ocultar la
perplejidad al ver los puntos dados a cada agrupación por pase. Pasando de
puntilla que los ganadores de coros, comparsa y chirigotas hayan conseguido el
primer premio con los mismos puntos. Hay cosas que no me cuadran, como que esos
tres primeros premios se decidieran en la final, cuando a mi entender, el
primero de chirigotas estaba bastante decantado desde preliminares o el primero
de comparsas desde cuartos. También, que la chirigota del Selu consiguiera más
puntos en cuartos (restando el fallo de su pasodoble) que en preliminares
cuando pegó fuerte. O que el corte a semifinales también fuera en los mismos
puntos. Y así bastantes más cosas que comentar. Cierto es que el tema de puntos
se ha vuelto algo oxidado, y que los premios bien se pueden ir dando por
sensaciones generales que se van desarrollando a lo largo del concurso. O
también que no deja de ser la opinión de cinco personas frente a las miles que
opinamos sobre ello.
- El cuarteto, a punto de hacer historia.
Con la ampliación de cuatro agrupaciones en la final, y
viendo el nivel que había en la modalidad de cuartetos, el pensar que este año
se haría historia y se disfrutaría de cuatro cuartetos en la final no era algo
descabellado. Desgraciadamente, un flojo pase del cuarteto del Popo y compañía
(el cual sorprendió agradablemente en preliminares) les hizo quedarse fuera de
la ansiada final, y dejando la posibilidad de hacer historia para otro año.
- El maltrato a las chirigotas.
El “año de las comparsas” parece que al que más ha pasado
factura es a las chirigotas, y no precisamente porque no hubiera nivel. El que
sólo pasaran a semifinales siete chirigotas, frente al número de las comparsas,
lo considero un maltrato. Pienso que a pesar de que hubiera más comparsas de
nivel que chirigotas, si es un concurso en el que se premian por modalidad,
éstas deberían de pasar un número similar de agrupaciones a las distintas pases
(algo así como pasa en la final, que pasan 4 de cada). De todas maneras, no
pudimos disfrutar en semifinales de chirigotas que habían dejado buen sabor de
boca como la de Manolito Santander, “Los kichis” o las chirigotas llegadas
desde Sevilla.
- El gran nivel de las comparsas “menos punteras”.
Partiendo de base, que lo de “menos punteras” lo pongo entre
comillas, ya que este año no sólo han brillado las comparsas de los autores de
los que se esperaban que estuvieran luchando por los premios y el pase a la
Gran Final. Las que no estaban en muchas quinielas antes de comenzar el concurso,
han dado un alto nivel, y es el caso de “Los doce”, “OBDC, la vida es bella”,
“El malo del cuento” o “Un país llamado Cádiz”. También dejó muy buenas
sensaciones la comparsa de Iván Romero, “Un fallo lo tiene cualquiera”, y el
nivel demostrado por J.C. Aragón y Bienvenido hizo que incluso con cuatro
comparsas en la final, más se merecían cantar en la última noche del concurso.
- Las letras de ida y vuelta entre autores.
Volvimos a tener un capítulo más de la batalla de letras de
ida y vuelta en las tablas. Abriendo fuego, todas aquellas en contra del
Patronato, las cuales eran respondidas de forma general o de manera individual
por los atacados como Julio Pardo o Procopio. Por otro lado, tuvimos un popurrí
cargado de consejos y algo más por parte de Antonio Martín, al cual le contestó
Tino Tovar. Autores con letras indirectas en cuplés o muy directa en
determinados pasodobles. La razón es que las letras de ida y vuelta quedaron ya
anticuadas. Si se intenta crear un nuevo carnaval, hay que empezar por dejar las
letras y las indirectas fuera del teatro, y luchar por lo que hay que luchar
para conseguir ese cambio más allá de escribir la queja en una letra.
- Una final menos pesada que años anteriores.
Volvió la final cuatro agrupaciones por modalidad y se notó
en la hora de finalización, alrededor de las ocho de la mañana. La comparsa de
Tino Tovar, última en cerrar el concurso, lo hizo a las claras del día, tal y
como la mayoría de los aficionados querían. La cuestión es que a mí
personalmente se me hizo menos pesada y larga que las dos de los años
anteriores. No sé si fue por las agrupaciones que formaron la final o el estilo
de las agrupaciones, o el orden o no sé, pero lo cierto es que como experiencia
personal, la “final larga” volvió y no se hizo molesta.
- Resultados para la historia.
Algunos puestos conseguidos en este COAC 2016 pasarán a la
historia, como es el caso del cuarteto el Gago, que por primera vez consiguió
revalidar un primer premio. En la modalidad de comparsas, Antonio Martín
conseguiría su peor puesto de todo su currículum carnavalesco, un séptimo
premio. En chirigotas, la chirigota de los Molina se estrenaba en la Gran Final
mientras que el Selu volvía a ganar después de doce años. La comparsa OBDC
consiguió su primer pase a una semifinal en su corta historia.
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