En el año 1995 se cumplían veinte años del fallecimiento del
padre de la comparsa: Paco Alba. Ese año el Gran Teatro Falla se vestiría de
gala para recibir en la Gran Final a los componentes que durante tantos años acompañaron
a Don Paco. Ese mismo año, al autor que más sensación generaba por esos años,
Martínez Ares, se le ocurrió rendir su homenaje utilizando el sobrenombre por
el que se le conocía al autor ya desaparecido, El Brujo. Con intención de conseguir por tercera vez
consecutiva el primer premio, sólo “Los charrúas” de Quiñones se cruzaron en su
camino.
El ambiente de expectación que se daba en el teatro durante
la actuación de “El Brujo” era algo especial. Martínez Ares había encadenado
dos años consecutivos ganando la modalidad y ya era una realidad que era de los
mejores comparsistas que había pasado por las tablas del teatro. El tipo se basa en un grupo de
magos de la tacita, que tratan de buscar una solución a sus problemas.
La presentación es emblemática. En unas simples estrofas nos
cuenta cómo hacer una agrupación o los pasos que hay que seguir, y comenzando
con la famosa frase “cómo yo no tengo nada que darte”, tan conocida como su
“vámonos, vámonos, que esto va sonando mejor” del final de la presentación. Los
pasodobles llevaban una entradilla con una frase de alguna agrupación de Paco
Alba y que estaba relacionada con el tema del pasodoble. El estribillo también
quedó en la memoria de los aficionados con un juego de fuego en señal de las
cosas que iban echando al caldero. En el popurrit continúan con sus hechizos
para que Cádiz cante y no se acuerde de llorar. Cuartetas de diferentes ritmos
muy bien llevados por el grupo del que esos años gozaba Martínez Ares con
Subiela, Carli, Fernandi o “El Chupa” entre otros. Además, cabe resaltar que sería el último año que se vería a este grupo tal cual, ya que al año siguiente comenzarían a producirse cambios.
Ese año volvió a meterse a los aficionados en el bolsillo y
para muchos es la comparsa de Martinez Ares que más se mereció el primer premio
y finalmente no se lo llevó. En la final se las vería con “Los Charrúas” de
Joaquín Quiñones, y “Los Principiantes” de Antonio Martín. Las tres comparsas
estaban igualadas, “El Brujo” embrujó con sus pasodobles, el primero al barrio
de Santa María que no pasaba por sus mejores años, y el segundo al caso del
carnicero que mandaba huesos y comida podrida al tercer mundo. Pero nada
pudieron hacer ante el pasodoble de “El bombero” de Joaquín Quiñones que
emocionó al Gran Teatro Falla, que junto a un repertorio también muy completo,
se llevó el primer premio para casa. En tercer lugar quedó Antonio Martín, el
cual también tuvo esa noche un recuerdo a Paco Alba, y en el cuarto lugar la
comparsa “Taller de melodías”
Pasan los años y “El Brujo” sigue siendo una de las comparsas
más recordadas de Martínez Ares, a pesar de no conseguir el primer premio en
aquel carnaval de 1995.
¿Se merecía esta comparsa el primer premio?
¿Se merecía esta comparsa el primer premio?
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