Posiblemente sea la modalidad más difícil, y en el número de
participantes y agrupaciones que van pasando las fases se nota. Sin embargo, se
puede decir con total seguridad, que el cuarteto está pasando por los mejores
años de su historia.
La modalidad donde destacarían célebres carnavalescos de la
talla de “el Peña”, “el Masa”, “el Libi” o “el Batidora” se ha visto envuelto en
etapas en las que precisamente sólo destacaban ellos, o que incluso no había ni
un cuarteto merecedor del primer premio. Y es que el poder disfrutar de tres
cuartetos de nivel es algo bastante actual, aunque en décadas anteriores se
hayan podido ver tres cuartetos en la final, no llegaban al nivel de los que
llegan los que en la década del 2010 participan en el COAC.
La historia del cuarteto en el Carnaval de Cádiz ha sido una
montaña rusa. Si comprobamos el historial del concurso, vemos que a finales de
los años 70 y principios de los años 80 se podían disfrutar de tres cuartetos,
e incluso hasta cuatro cuartetos en la final (en 1980), algo que ni siquiera se
puede conseguir en la actualidad por la reducción a tres agrupaciones en la
final.
Años 80 en los que se recuerdan grandes cuartetos como “Grandes
relatos”, “Dallas” o “La boda del siglo”. Años en los que apareció el cuarteto
de Rota y su novedad de tres componentes con cuartetos históricos como “Pero,
¿por quién puñetas doblan las campanas?” o “El cuarteto siempre llama dos veces”.
Pero a partir de 1989 el cuarteto gaditano entraría en una
dinámica donde el primer premio no era para nadie. Quitando la excepción del
año 1991 con el gran cuarteto “Tres notas musicales” y en 1993 con “Onde va con
la cochera”, hasta el año 1996 no habría primer premio a pesar de alcanzar la
final al menos un cuarteto.
A partir de ahí, el cuarteto volvería a remontar con la
vuelta del cuarteto de Rota o con la llegada de Vera Luque junto a los hermanos
Piulestan y “el Batidora”. A pesar del hecho de que sólo entraba un cuarteto a
la final, éste era gran merecedor del primer premio y hacía que la modalidad no
muriera.
En los años 2002 y 2003 pudimos disfrutar de la aparición en
la final de dos cuartetos que luego serían grandes culpables de la resurrección
del cuarteto. El cuarteto de Algeciras y Manuel Morera se repartieron el primer
premio ambos años haciendo que el cuarteto volviera a ser competitivo. Pero en
el 2004, coincidiendo con el descanso del cuarteto de Algeciras y el paso de
Morera a la chirigota, el cuarteto tocaría fondo sin ser capaz de estar
presente en la Gran Final de aquel año.
A partir de ahí, el cuarteto comenzaría de nuevo una ascensión
que a pesar de llevarle varios años, es fruto de lo que podemos disfrutar hoy
en día. La vuelta al cuarteto de ilustres como los hermanos Piulestan, Gago, o
el cuarteto de Algeciras hacían que se turnaran los primeros premios hasta los
cinco primeros premios de Manuel Morera. A estos hay que unirles la irrupción
del cuarteto de los niños llegados desde juveniles y que han conseguido los dos
últimos primeros premios, o el cuarteto de Aguilera que ya es un casi fijo en
las finales.
En conclusión, ahora volvemos a sentir al cuarteto como una
modalidad muy a tener en cuenta y con “overbooking” incluso para entrar en la
final. Este año hemos disfrutado en la final de las tres únicas agrupaciones
que han estado en semifinales, pero en el 2013 ya se quedó fuera el cuarteto de
Aguilera, en un año donde descansó Morera, o en el 2012 en el que el que se
quedó fuera fue el cuarteto de Algeciras.
A pesar de los descansos (como el de este año del Gago), el
cuarteto consigue ser disputado y respetado, algo impensable cuando hace unos
quince años parecía que se moría. Por lo que hay que dar las gracias a los que
se estrujan el cerebro para hacer mantener en lo alto a una modalidad difícil,
pero a la vez con una historia que no se puede perder. Gracias a ello está
pasando por su momento más dulce.
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